La ninfómana

Valérie Tasso:
Dos noches, dos noches pase con ella. La primera noche no dormí. En todo momento estuve conociéndola, recorriéndola, saboreándola, deteniéndome en sus partes mas interesantes, yendo hacia delante, volviéndome atrás, descubriendo su palabra, su pensamiento, intuyendo las motivaciones que la llevaron a sus treinta años a convertirse en una prostituta de alto nivel en Europa. "En mi caso, cuando cumplí los treinta años, ejercer la prostitución fue un deseo, que las circunstancias personales que atravesaba me permitieron realizar. Existió un motivo fundamental para ejercer la prostitución: conocerme. Existió un motivo fundamental para hacerlo público: que podía existir ese motivo para ejercerla". alguna vez dijo en una entrevista.

Graduada en Ciencias Económicas y Lenguas Extranjeras con un Doctorado en Estrasburgo y hablando cinco idiomas esta talentosa mujer se ha convertido en un icono, no solo de España, sino de Europa y el mundo, que con el estilo directo y deshinibido que la caracteriza, relata sus vivencias sin perder de vista su personal y abierta relación con el sexo y la literatura. "Empiezo a escribir. Uno sólo se escribe a si mismo. Mis habilidades de puta se vuelven funcionales, mis dudas sobre la condición humana agujerean mis tímpanos".

Identificarse con su narrativa es entregar el cuerpo y la conciencia, sus certeras y crudas opiniones sobre la sexualidad nos muestra como en realidad somos: "Somos seres sexuados, es decir, provistos de unos órganos sexuales específicos, de un sistema endocrino que nos regula en esa condición y de un esquema cultural de valores que nos aprueba o nos sanciona en su uso. Del mismo modo que somos seres dotados de lenguaje. Ambos, el sexo y el lenguaje, nos conforman, son una condición última de nosotros mismos y son «irrenunciables» (uno puede ser mudo o abstinente, pero no por ello deja de ser lenguaje o sexo). Tenemos entonces una condición; la de seres sexuados, pero esto, además de una condición, es una conclusión. No nos podemos salir de ahí", afirma en otro de sus apuntes.

Nos despoja de dogmatismos morales y nos lanza sin mas ropaje que el deseo y la pasión en su forma mas natural y primitiva, el apareamiento sexual elevado a la categoría de máximo gozo, el de dar y recibir placer por el solo hecho de sentirlo, sin importar quien no lo da ni en que circunstancias. "Todavía hay quien cree que el sexo no es natural, que la relación sexual concluye en el orgasmo o que la religión y el sexo nunca se han llevado bien, lo temible no son las normas, sino aquellos que se las creen. En el sexo, el lugar más preciado y perseguido de la conciencia humana, hay un más allá desconocido. Una cara oculta. Así que sabiéndolo no me quedó más remedio que ir. Que acercarme".

Leer a Valéria Tasso, adentrarse en su literatura es un acto privado, al contrario de lo que ella es como mujer pública, es un placer solitario que con la intimidad de la noche te hace su complice, te conviertes en sus amantes, las negras letras de las paginas, unidas unas a otras formando frases y conceptos cobran vida, se abultan, se desprenden del libro y como el humillo de un cigarrillo en una habitación van formando voluptuosas y candentes imagenes de orgías, de pasiones, de bacanales en las cuales te pierdes te extravías y solo encuentras la salida terminando cada capitulo. El erotismo te invade, te mezclas con sus personajes, con sus noches y sus vivencias, la entiendes, luego la aborreces para después censurarla y por ultimo admirarla. Por eso no debemos sorprendernos cuando afirma categóricamente:"Las expresiones de gozo suelen ser aclamaciones a la divinidad. Dios aparece mucho más en los orgasmos que en las charlas teológicas".

Es una mujer valiente que rompió con todos los esquemas de pasividad femenina que espera a ser "conquistada", que pacientemente se deja seducir para que le den un poco de sexo, no!, ella lo busca si lo quiere, no importa donde lo encuentre ni con quien. Dice, a manera de reproche, que la sociedad predominántemente machista en que vivimos cataloga a esa urgencia de sexo en los hombres como "Mujeriegos" y es bien visto, en los "Gays" de "Promiscuidad" y los miran con recelo y desconfianza y en las mujeres de "Putas" y las censuran y discriminan, siendo un mal ejemplo para las otras mujeres que apenas están despertando a su sexualidad.

Y es cierto, siempre al sexo lo han ocultado, lo han mutilado, negado. Por eso esta ella aquí, para romper cadenas, derribar viejos portones de censura, abrir conciencias y por que no, quitar el estres y las frustraciones de nosotros, los pobres mortales con una buena dosis de buen sexo. "Hay una regla valorativa que permite apreciar bien la calidad de un encuentro sexual. Debe aplicarse, según el viejo erotómano que me la prestó, justo en el preciso momento en el que el encuentro sexual alcanza la máxima intensidad. Dice así: Si durante el sexo eres capaz siquiera de pensar hacer cualquier cosa que no sea lo que estás haciendo, es que algo no acaba de estar funcionando".

Las sombras voluptuosas de la noche se fueron desdibujando con los primeros rayos de sol que entraron por la ventana avisándome que ya era hora de despedirme de esta desvergonzada e irreverente intelectual que acababa de conocer. Había terminado la lectura de el "Antimanual del sexo" y tenia sobre mi mesa "diario de una ninfómana" que me invitaba con su sensual y erótica foto de la cubierta a adentrarme en su lectura y perderme en sus laberintos de placer. Recordé una frase de Baruch Spinosa sobre la condición humana: "El deseo es la verdadera esencia del hombre", que se ajustaba a las conclusiones a que había llegado después de leer el libro.

Estas son sus obras:
Diario de una ninfomana
París la nuit
El otro lado del sexo
Antimanual del sexo
Sabré cada uno de tus secretos
Diario de una mujer pública

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