Jugando a ser investigador privado
Le pasé el sobre con las fotos que mostraban a su esposo siendo infiel. Las revisó una por una, fotos en el carro con la amante, besándose en una cafetería, en un parque y la mas reveladora saliendo de un motel. Las depositó sobre la mesa, le temblaban las manos. Se secó un par de lagrimas que tímidamente brotaban de sus ojos. -Lo sospechaba-, me dijo. Se levantó y se dirigió al bar, sirvió dos copas de licor, volvió hacia mi y pasándome la copa me dijo: -es un trago amargo, tengo que pasarlo con algo fuerte, se sentó a mi lado y se bebió la copa de un solo jalón, se levantó nuevamente dirigiéndose hacia el bar. Tuve tiempo de observarla mientras caminaba, estaría en los 45 o mas, era alta y de piel blanca, llevaba un vestido oscuro ceñido al cuerpo que le resaltaba las curvas, sus piernas aunque un poco llenitas de carne conservaban firmeza y los glúteos uno al lado del otro se movían acompasados al caminar luciendo toda la voluptuosa redondez. Al volver hacia mi, de frente noté