Tutaina y Tuturumaina
Este año, como de costumbre; y me refiero al calvario vivido en los veinte y tantos años que llevo con mi esposa. Desde mediados de octubre se abren las puertas de la casa a la navidad, a los villancicos, a los melomerenges, guirnaldas, perendengues decembrinos y toda esa parafernalia bullangera que traen las navidades por cuenta de mi adorable compañera. Tutaina la apode; Tutaina se levanta a las 5 de la mañana. Sin respetar feriados ni fines de semana, desde la cama le grita a Alexa que “Play música navideña” y la muy condenada la entiende y comienza el jolgorio. Pero vaya yo, que acercando mi boca a Alexa le pida de buenas maneras el tiempo de hoy o que me recuerde alguna cita del doctor; se niega la muy insolente, que no entiende, que le repita me dice con su metálica voz y por más que le grito no me hace caso, no sé qué acuerdo tiene con Tutaina pero se entienden de maravilla. Yo la freno, que déje la fiebre, que ningún vecino a decorado todavía, que después de Thanksgiven con muc