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Mostrando las entradas de febrero, 2023

Los examenes anuales

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  Eso de llegar a viejo como que no es fácil, requiere mucha paciencia y resignación. Son muchos años los que se nos acumulan y a veces no hay ni donde acomodarlos y lo peor de todo es que no se pueden botar ni descargar como inservibles en la papelera de la computadora; hay que llevarlos en la espalda, en las articulaciones, en los achaques, en la abultada panza; el cuerpo comienza a quejarse, doblarse y resentirse. Y claro, el doctor primario, que es como le dicen acá al médico general, cada año con la cantidad de exámenes que te obliga a realizar, se encarga de recordarte que los cumpleaños no pasan en vano, que te cobran factura por los desmanes y locuras de la añorada juventud. Comento esto porque este mes fue el escogido por el matasanos para mis exámenes. Primero me llegó un sobre con un tubito de ensayo y una espátula diminuta que dizque para sentarse en la taza del inodoro, arquear el cuerpo hacia adelante en una complicada posición de yoga avanzada y luego con pulso y ojo de

El primero jamás se olvida

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  Soy muy bueno en lo que hago tocayo, -me dijo sentándose frente a mi escritorio. Lo observé por un momento. Era muy joven, tal vez menos de 25 años, alto, trigueño de espesa cabellera negra, con unos ojos azabaches expresivos que cuando miraban te clavaban en el suelo como hipnotizado. Extrovertido y buen conversador, tenía más pinta de político en campaña que lo que realmente ejercía: el sicariato. Era un asiduo visitante de la redacción del periódico deportivo donde trabajábamos en New York. En los preliminares de algún encuentro deportivo, casi siempre se reunían, periodistas, comentaristas y uno que otro aficionado al que le habíamos permitido acceso a nuestras oficinas para ver el juego; él era uno de esos privilegiados. Creo que nadie en el periódico sabia en lo que realmente se ganaba la vida el muchacho, pues ocasionalmente llegaba con su joven esposa y dos preciosas niñas a saludarnos aparentando ser la familia perfecta. Agraciados y simpáticos; ella dedicada a los quehacers