Una ayudita de arriba no cae mal

"Las corazonadas repentinas son voces que te hablan al oído para prevenirte o avisarte de algo, por que nada es fortuito, todo efecto tuvo una causa posterior"
Del libro "Tus zonas mágicas" escrito por Dier Wayne

Vienen a mi mente estas palabras por que viajando de Montreal a las cataratas del Niagara nos sucedió un hecho que aparentemente parecía fortuito, pero fue obra del universo y nos previno de una perdida.

Cuando salimos de Montreal programamos el navegador para que nos guiara a las cataratas, la ruta escogida bordea el lago Ontario en toda su longitud norte para luego en el extremo oeste devolverse hasta encontrar el río Niagara. Era un viaje de siete horas y media que emprendimos muy temprano en la mañana.

Minutos antes de subirnos al carro mi esposa vio el celular encima de la mesa y pensó: "el celular no tiene cobertura en Canadá pero lo voy a llevar por si necesito algún numero de teléfono" y lo guardó en el bolsillo.

Cuando habíamos avanzado como unas dos horas, vimos una señal de la carretera que indicaba más adelante una bifurcación; una vía tomaba rumbo a Toronto y la otra a Otawa, la capital del Canadá, revisamos el "GPS" y notamos que señalaba la vía de Otawa. El día anterior habíamos estado visitando Otawa y por el mapa sabíamos que se desviaba mucho del lago, por lo tanto pensamos que seria mejor tomar la ruta de Toronto. Rápidamente redireccionamos el "GPS" por la vía de Toronto para saber el tiempo de llegada y la ruta, nos mostró una ruta que se iba por el lado contrario del lago y entraba a los Estados Unidos llevándonos por la ciudad de Buffalo, para después entrar al Canadá nuevamente.

Nos estábamos aproximando a la bifurcación y teníamos que decidir rápidamente: Otawa o Toronto, por Otawa nos indicaba el "GPS", por Toronto era una hora menos de viaje y entrabamos a los Estados Unidos. Llegando justo a la bifurcación sentí la voz interior que me dijo "Toronto" y así lo hicimos.

Entramos nuevamente a este país por "Alexandria Bay" una región llamada "The Thousand Islands"  admirada por sus castillos medievales y Bosques, rica en cultura e historia.

Estábamos en el estado de New York en la parte norte bordeando el lago Ontario, conduciendo por la ruta 81 y admirando la gran cantidad de islotes y puentes que componen esta bella región cuando de repente sonó el celular de Patita y la sobresalto pues no esperaba que tuviera señal para recibir llamadas. Al mirar el numero entrante noto que era desconocido y me dijo: "No se quien es, no lo voy a contestar". Inmediatamente pensé que lo mejor era contestar pues llevábamos días incomunicados y podía ser importante. Una voz femenina le pregunto en inglés si tenia una perra llamada Misty, al momento mi esposa abrió sus grandes ojos como si le fueran a echar gotas y pregunto a su vez con marcado nerviosismo: "Si porqué?"
"Por que me la acabo de encontrar en la calle sola y supuse que estaba perdida"
"No puede ser, mi amiga esta en la casa cuidándola, yo estoy de vacaciones fuera del país"
"Aquí tiene una dirección y otro teléfono, puedo llamar a el para que venga a recogerla?"
"No el es mi esposo y esta conmigo, deme unos minutos yo llamo a mi amiga que esta en la casa para que la recoja".


Mi esposa llamo a su amiga, pero no estaba en la casa y se demoraba en llegar, llamo luego a su tía y no contesto, a mi hermana y tampoco contesto, entonces llamo al esposo de mi hermana y este si contesto, el cual fue con mi hermana a la casa y rescataron a Misty.

Lo curioso de esa anécdota es la continuidad de hechos que llevaron al desenlace final de la historia: llevar el celular al salir de la casa, tomar la ruta alterna de Toronto, entrar a los Estados unidos para tener cobertura en la llamadas y por ultimo decidir contestar esa llamada.
Coincidencia o destino predeterminado?.
Me inclino por la segunda, creo en el empujoncito, que desde arriba me dieron para tomar la ruta alterna.

Del mismo libro un apunte final:
"Y he sentido...
una sublime sensación de algo fundido muy profundamente
que habita en la luz de los soles ponientes,
en el redondo océano y en el aire viviente
en el cielo azul y en la mente del hombre;
un movimiento y un espíritu que empuja a todas las cosas pensantes,

a todos los objetos pensantes y discurre por todas las cosas".

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