Paseando por la República de la Concha

Era un viaje que teníamos  planeado desde que llegamos a la Florida hace mas de 10 años y siempre lo aplazábamos; cuando no por economía era por falta de tiempo y así entre un inconveniente u otro se nos habían pasado los años sin conocer ese maravilloso ápice de costa territorial en los Estados Unidos.

Por fin decidimos realizarlo el fin de semana largo del 4 de julio, fecha en la cual se celebra la independencia de este país. No era la mejor época para planificarlo por ser comienzo de temporada alta (alta en costos y alta en trafico), pero en fin, como siempre mi esposa consiguió un sitio a la entrada de Cayo Hueso para acampar muy económico.

Partimos el sábado en la mañana un poco temerosos del tiempo, pues pronosticaban lluvia los tres días siguientes, pero aun así decidimos emprender el viaje; la emoción y la algarabía de los muchachos, más las indicaciones del GPS nos mantuvieron entretenidos durante el recorrido. El Turnpike nos llevo hasta South Dixie Hwy para desembocar luego a la Overseas Hwy que es el corredor principal de acceso a los Cayos. Aquí, en Cayo Largo realmente comienza el maravilloso espectáculo de pequeños islotes rocosos unidos por puentes y habitados en su mayoría por pescadores y constructores de botes.

A lado y lado del camino el inmenso mar azul verdoso del Caribe, salpicado de gran cantidad de embarcaciones unas dedicadas a la pesca y otras al recreo o diversión nos hipnotizaron con su paisaje. El antiguo puente que unía los Cayos y que en un comienzo fue de uso exclusivo del tren ha sido reacondicionado para uso peatonal con pequeñas salientes como balcones donde se instalan las familias con sus aparejos de pesca y meriendas para disfrutar de la brisa marina y pasar el día probando suerte con el anzuelo.

A medida que nos adentramos en los cayos los hospedajes, tiendas artesanales y restaurantes nos tentaban a detenernos con sus fachadas coloridas y avisos de ofertas. De Cayo Largo pasamos a Islamorada donde las palmeras y las florecidas bugambilias adornan los jardines de las casas de la región. Luego vino Cayo Marathon que da inicio al puente de las 7 millas donde el ex-gobernador de California Arnold Schwarzenegger luchó para salvar a los Estados Unidos  de una amenaza terrorista el la película "True Lies" . Pasando el puente atravezamos unos islotes a veces despoblados pero con estacionamiento a lado y lado de la carretera para los que quieran bañarse o pescar, son rocosos, coralinos y se recomienda usar siempre zapatos adecuados para el agua. También encontramos sitios para pasar la noche en carpas, trailers o RV's para los que gustan de la naturaleza y la economía.

Después de pasar estos islotes llegamos al cayo llamado Stock Island que nos abre la puerta al ultimo y mas famoso de los cayos: Key West, el punto mas sureño que tiene Estados Unidos continental, solo a 90 millas de Cuba, estábamos mas cerca de Cuba que de Fort Lauderdale.

"The Conch Republic" como se le llama folclóricamente debido a que en abril 1982 un bloqueo de la patrulla norteamericana a Key West los insto a buscar separarse de los Estados Unidos surgiendo así la República de la Concha, quedando el nombre a manera de broma y con un lema muy original: "El alivio del mundo de tensiones por medio del ejercicio del humor".

Así es Key West, muy original y folclórico, lleno de de casas y calles con pasado histórico, de gente estrafalaria, amable y dispuesta a contar anécdotas de cualquier famoso que algún día piso esos lugares.

La calle principal, la "Duval Street" hierve a toda hora de trafico humano en bicicleta o de a pie que como hormigas entran y sales de tiendas, casas museo, restaurantes o bares. Se puede recorrer en toda su extensión de a pie y disfrutar del colorido y el bullicio del comercio local.

Una de las particularidades que tiene Cayo Hueso es la cantidad de gallos y gallinas que circulan libremente por las calles y parques del islote  llegando a ser tan intocables como las vacas en la India. Y que según cuenta la leyenda fueron traídos por los exiliados cubanos que cuando salían de la isla venían con su gallo de pelea debajo del brazo y como acá en Cayo Hueso las autoridades no les permitieron las peleas de gallos, los cubanos los soltaron en protesta para que anduvieran libremente por las calles.

Una de mis intenciones al ir a Cayo Hueso era la de visitar la casa museo donde vivió Ernest Hemingway por allá en los años 1931 al 40 y donde escribió la mayoría de sus obras incluyendo "Por quien doblan las campanas". Es una hermosa casa construida en 1851 que cuenta con amplios y ventilados corredores a manera de balcón en el segundo piso y enmarcada con una exhuberante vegetación tropical a su alrededor que le da una privacidad única. En la parte de atrás en una construción adyacente a la casa queda el cuarto de escritura en un segundo piso donde me senté a recibir un poquito de su inspiración literaria como hacen los creyentes cuando van a un sitio sagrado a recibir algo de espiritualidad.

En fin Key West vale la pena conocerlo, empaparse de su historia y su folclore. Y si va manejando mucho cuidado con atropellar a un gallo por que lo expulsan de la República de la Concha.

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