Facundo Cabral
"Llorar por la muerte es faltarle el respeto a la vida"
Facundo Cabral
El sábado en la mañana cuando escuche la trágica noticia del asesinato del canta autor y poeta argentino Facundo Cabral, lo primero que vino a mi memoria fue esta frase que el mismo Cabral nos dejo para la posteridad "Llorar por la muerte es faltarle el respeto a la vida". Frase que habla por si sola del respeto que sentía Cabral por la humanidad, de lo comprometido que estaba con la vida, con la paz mundial.
Su guitarra y su poesía lo llevaron en un peregrinaje través del mundo cantándole al amor, a la amistad, combatiendo con su lira la injusticia; abrazó la causa y el dolor de los desposeídos, con valentía criticó y atacó las tiranías y los abusos de poder en nuestra América Latina.
Espiritualmente influenciado por Jesús y Ghandi traspasó con su parábola los limites de su natal Argentina para proyectarse como uno de los grandes folcloristas de América.
Ese sábado, comencé su homenaje a la vida descorchando una botella de vino tinto para brindar por su partida y sentarme a escuchar una de sus canciones emblemáticas que lo hicieron conocido a nivel mundial: "No soy de aquí, ni soy de allá", para luego seguir con "No me llames extranjero" canción que como inmigrante hace que me sienta un ciudadano del mundo borrando las fronteras que "ellos crearon".
Fue un recital privado, Facundo cantaba y yo recordaba, de a poco entre canciones y copas le fui despidiendo, agradeciéndole el legado discográfico que nos dejo a través de su largo andar nómada por el mundo. Una ultima copa y una ultima canción para despedirlo: "Cuando un amigo se va".
Ahora solo pienso en lo irónica que es la vida, en que casi siempre los pacifistas mueren de forma violenta y en que los asesinos ni van a llorar su muerte ni le respetaron la vida.
Facundo Cabral
El sábado en la mañana cuando escuche la trágica noticia del asesinato del canta autor y poeta argentino Facundo Cabral, lo primero que vino a mi memoria fue esta frase que el mismo Cabral nos dejo para la posteridad "Llorar por la muerte es faltarle el respeto a la vida". Frase que habla por si sola del respeto que sentía Cabral por la humanidad, de lo comprometido que estaba con la vida, con la paz mundial.
Su guitarra y su poesía lo llevaron en un peregrinaje través del mundo cantándole al amor, a la amistad, combatiendo con su lira la injusticia; abrazó la causa y el dolor de los desposeídos, con valentía criticó y atacó las tiranías y los abusos de poder en nuestra América Latina.
Espiritualmente influenciado por Jesús y Ghandi traspasó con su parábola los limites de su natal Argentina para proyectarse como uno de los grandes folcloristas de América.
Ese sábado, comencé su homenaje a la vida descorchando una botella de vino tinto para brindar por su partida y sentarme a escuchar una de sus canciones emblemáticas que lo hicieron conocido a nivel mundial: "No soy de aquí, ni soy de allá", para luego seguir con "No me llames extranjero" canción que como inmigrante hace que me sienta un ciudadano del mundo borrando las fronteras que "ellos crearon".
Fue un recital privado, Facundo cantaba y yo recordaba, de a poco entre canciones y copas le fui despidiendo, agradeciéndole el legado discográfico que nos dejo a través de su largo andar nómada por el mundo. Una ultima copa y una ultima canción para despedirlo: "Cuando un amigo se va".
Ahora solo pienso en lo irónica que es la vida, en que casi siempre los pacifistas mueren de forma violenta y en que los asesinos ni van a llorar su muerte ni le respetaron la vida.
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