Wi-Fi

 


Se ha vuelto muy común, entre mi esposa y yo, el terminar o complementar el uno la frase que el otro iba a expresar, o pensar en alguna situación o persona y al decirlo, nos oímos comentar: ¡yo también estaba pensando lo mismo! Nos asombra por supuesto y nos hace divagar en lo inconmensurable de nuestro amor, en lo unidos que estamos a nivel espiritual, en que somos el uno para el otro, o que somos almas gemelas y muchas elucubraciones más de tipo metafísico o místico. Algo así como comunicación telepática.

Pero realmente que es lo que sucede en estos casos, que tan creíble es, que tan cierta puede ser esta emisión del pensamiento para considerarla efectiva y fiable y no simplemente mera coincidencia o esporádica casualidad.

Si nos atenemos a los estudios científicos hechos bajo situaciones controladas con sujetos en laboratorios, la veracidad de este supuesto don o sexto sentido es nula. El porcentaje de aciertos es muy mínimo. Al azar se adivinan algunas cartas del naipe que el otro sujeto sostiene en la mano y que trata en vano de transmitirle mentalmente a su compañero de enfrente. Falla el Wi-Fi, no hay conexión. O no existe o estos leves impulsos que el cerebro emite como ondas del pensamiento no llegan a ninguna parte, ni tienen receptor alguno.

En el caso de mi esposa; nuestras coincidencias de pensamiento, son solo eso, coincidencias. Lo atribuyo a los muchos años de convivencia, de andar juntos, de dormir juntos, de ir a los mismos lugares, conocer las mismas personas, opinar lo mismo en muchos temas y por supuesto al hablar de algo que conocemos, nuestros pensamientos se deslizan por los mismos caminos y al final llegamos a la misma conclusión, solo es cuestión de quien lo dice primero mientras el otro termina de pensarlo, y al llegar a coincidir en pensamiento exclamar exaltados: ¡estaba pensando lo mismo!

Pero no importa. Me agrada imaginar que estamos conectados en pensamiento y obra, que somos el uno para el otro, que ella es mi alma gemela; porque eso reafirma nuestro amor, nuestro compromiso con la vida, con nuestros hijos, con la loca aventura que emprendimos hace años y que aún mantiene la llama del amor y la pasión encendidas.

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