Y si fuera verdad...

Lawrence E. Joseph sabe exactamente lo que hará el 21 de diciembre de este 2012. Por la mañana, recogerá a sus dos hijos y viajará con ellos a un lugar tranquilo. Allí esperará hasta que pasen once minutos de las once de la noche, estrechará la mano a sus retoños y contemplará en silencio la llegada del Apocalipsis. "Lo tengo todo pensado", asegura con gesto lúgubre mientras sorbe una copa de agua. "Si sufrimos una extinción como la de los dinosaurios, no me libraré. Pero si es sólo una extinción parcial de la especie, creo que sí". El no es el único que predice algo así. Millones de personas de los cinco continentes están convencidas de que nuestra civilización se extinguirá este año. O, al menos, que deberemos despedirnos para siempre de nuestro actual modo de vida. Esa noche, el sistema solar se interpondrá entre la Tierra y el punto central de la Vía Láctea por primera vez en 26.000 años. Y, sobre todo, en ese preciso instante expirará el calendario confeccionado hace dos milenios por los astrónomos mayas, que profetizaron todo tipo de calamidades para esta fatídica fecha.

Leyendo el libro "Apocalipsis 2012: Un estudio sobre el fin de la civilización" escrito por Lawrence E. Joseph, se me vino a la cabeza una hipotética frase que nos lleva a fantasear e imaginarnos lo que ocurriría: Y si fuera verdad, que haríamos.

Sentarnos a esperar?, reunirnos con toda la familia y asidos de las manos entregarnos al ensordecedor estruendo del Armagedón que se nos viene encima? Nadie sabe lo que va a ocurrir en este 2012, pero es el año que señalan las antiguas sociedades como cataclísmico dentro de la historia humana. ¿Estamos preparados para lo que se nos viene?

Pero como nos preparamos para una tragedia tan descomunal que va a transformar la faz de la tierra?, no habrán vías de evacuación, ni mucho menos refugios ni puestos de la cruz roja, pues todos, absolutamente todos estaremos tratando de salvar nuestras vida en este caos universal que se nos avecina.

"Hay una posibilidad entre tres de que suframos una transformación catastrófica de nuestras sociedades", augura Joseph. "Eso no significa que vayamos a morir todos, pero sí que tendremos que despedirnos del mundo tal y como lo conocemos".

Y si fuera verdad... que mundo nos quedaría?. "El sol no ha estado tan revuelto como desde desde hacía 14.000 años, fecha de la última Edad de Hielo" asevera Joseph y continua diciendo que cuando el astro rey estornuda, la Tierra agarra pulmonía: "hace unos cuantos años, una semana de intensas tormentas solares coincidió con el huracán Katrina. Y eso que el Sol atravesaba entonces un valle en su actividad: el pico se producirá exactamente en este 2012" concluye. Suficiente para que el autor prediga todo tipo de catástrofes: su principal preocupación es que una tormenta solar achicharre la red de satélites que permite el funcionamiento de las sociedades modernas.

Aquí entra en juego la principal tesis del libro: que el final de la humanidad probablemente se deberá al incremento de la actividad en el Sol. "Si sólo una profecía maya predijera el fin del mundo, este tema no me habría preocupado", asegura Joseph. "Lo que me convenció de que la situación es alarmante fue su coincidencia con fenómenos muy alarmantes en la superficie solar".

Sin ningún tipo de comunicación, los pocos sobrevivientes al cataclismo se agruparían en clanes y así, aislados tratarían de reconstruir el mundo con sus recuerdos del pasado y con sus manos rudimentariamente volverían a construir herramientas y armas para defenderse de los otros clanes y de las hordas hambrientas que en su desespero por sobrevivir y alimentarse no dudarían de arrasar con todo a su paso.

Volveríamos en unos cuantos meses a la barbarie, al primitivismo. Los sobrevivientes aislados se reagruparian y fundarían sociedades cimentadas en sus anteriores vidas y los nacidos después del Armagedón tendrían un vago concepto de las memorias de sus progenitores, comenzando así la vida en la tierra de nuevo como lo hicieron nuestros lejanos antepasados que evocaban recuerdos de civilizaciones superiores perdidas en catástrofes similares a esta por venir.

No hay mucho que podamos hacer, supongo. Solo esperar, pero mientras esperamos si podemos cambiar y corregir un poco nuestras vidas. Tal ves sea un consuelo de tontos, pero, si tenemos este recién nacido año por delante (y tal vez el último) por que no lo mejoramos un poco. Mucho se ha hablado y escrito de lo que haríamos o cambiaríamos en nuestras vidas si nos quedaran unos meses de vida. Llamaríamos a las personas queridas, a los amigos lejanos o familiares olvidados para saludarlos y decierles "como estas, que hay de tu vida" y reirnos un rato recordando anécdotas y vivencias juntos.

Perdonaríamos esa ofensa que tanto nos duele, reiríamos mas y dejaríamos la seriedad y el protocolo para después del Armagedón, criticaríamos menos y toleraríamos mas a las personas, nos aceptaríamos como somos, con nuestras limitaciones y aprenderíamos a ser felices con lo que tenemos, diríamos mas "te quiero" y "gracias", disfrutaríamos mas de los atardeceres al aire libre que de los wallpapers de las computadoras, nos comeríamos ese helado que tanto nos gusta y dejaríamos de ser tan estrictos con nuestra dieta, envidiaríamos menos y cederíamos mas, odiaríamos menos y amaríamos mas, no esperaríamos a redimir nuestros pecados en una bola de fuego al final del año.

Seria provechoso comenzar con cambios positivos en nuestras vidas ante la inminencia de una catástrofe y mejorar las relaciones con las personas y nuestro entorno. Ahora, si llegado el día señalado nada pasa, pues habremos tenido un 2012 provechoso y nos prepararemos para un 2013 mucho mejor todavía!.

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