El adiós a Estelita

Adiós a la mama
Estelita, la matrona, se nos adelantó. Poco la conocí, pero quedó para toda la vida su recuerdo. Su figura pequeñita me cautivó, su grandeza me asombró.

     "Ya están aquí, llegaron ya
     A la llamada del amor
     Está muriendo la mama"

Creo que la primera vez que la vi iban de paso por la Florida. Fueron a la casa para un reencuentro con Patita después de mas de veinte años de distanciamiento. Llegué a la casa y encontré un alboroto de primos y familiares de mi esposa vociferando entre ellos, la perra ladraba, unos estaban en la piscina chapoteando, otros en la cocina reían a carcajadas, el resto se se movian la son de la música que también sonaba estridentemente. 

"Todos al fin llegaron ya
De todas partes del país
Desde el mayor hasta el menor
Todos en torno a la mama"

Apenas entré Patita me vio y por sobre la bullaranga y el alboroto gritó, -¡este es mi esposo!, se los presento-. El silencio no se hizo esperar, todas las miradas se clavaron en mí. Después de un breve escrutinio y las preguntas de rigor estaba integrado al jolgorio gritando para hablar, bebiendo cerveza y metido en la cocina ayudando como si fueran mis conocidos de muchos años atrás.

"Y hasta los niños al jugar
En un extremo del salón
Se esfuerzan para no gritar
Es una última atención a la mama"

Entre ese grupo sobresalía Estelita, la mama de todos, desde el rincón que estuviera dirigía a la manada, no se tomaba una decisión sin consultarle. A pesar de su fachada de mama controladora y enérgica, dentro de ella latía un corazón gigante donde cabían todos. 

"Todos se turnan en cuidarla
En atenderla, en abrazarla
Está muriendo la mama"

Al año de ese alborotado y efusivo encuentro fuimos de visita. Llegamos una madrugada. Era una casa de puertas abiertas, siempre llena de gente, primos, hermanos, más primos y más hermanos, Salían de los cuartos a saludar y nunca terminaban de salir. Latinos, morenos, gringos todos hermanados en torno a la mama. 

"Santa María madre de dios
Nuestra señora del dolor
Todos te rezan con fervor
Y entonan el ave María, ave María"

En medio de ese alboroto de ir y venir de muchachos se movía Ricardo, su esposo, el abnegado, el que con escoba en mano ordenaba el caos que dejaban todos al huracanado paso. Hombre directo y sencillo que de vez en cuando tenia que gritar mas alto para hacerse escuchar.

"Hay tanto amor, hay tanta paz
Alrededor de la mama
Tanto suspiro, tanto dolor
Alrededor de la mama"

Provenían todos de Nueva York, habían emigrado años atrás a South Carolina y tras ellos se vinieron muchos mas formando una fuerte y unida comunidad asentada en una larga calle en una colina rodeada de verdes bosques. Parecía un barrio mas de Cali, todos se conocían, todos se saludaban, de todas las casas salían melodías salseras, olores ancestrales de nuestra rica gastronomía y gente a saludarnos. Quedamos enamorados del lugar al punto de pensar en mudarnos en unos años a ese idílico lugar.

"Vuelve a formarse la reunión
Y así por la postrera vez
Está muriendo la mama"

Estelita estaba ahí, siempre para todos, siempre dispuesta, la primera en encender las luces de la casa, la última en apagarlas. Las contadas ocasiones que fuimos de vacaciones, desde que llegábamos nos sentíamos en nuestra casa. Los desayunos con “casamiento” se prolongaban hasta bien entrada la mañana entre charlas, risas y anécdotas. Estelita mandaba, opinaba, les negaba permisos a los muchachos, los regañaba, pero por sobre todo los amaba, los protegía y quería lo mejor para ellos.   

"Y como un rito en la ocasión
Se pasan una y otra vez
El jarrón con sabor a pez
Que beben con moderación"

En las noches las cenas se extendían. Comenzábamos en la cocina opinando, colaborando, luego en el comedor con los chistes, las ocurrencias hasta que de pronto alguien destapaba una botella de aguardiente y se prendía la música, se encendían los ánimos y se armaba la parranda hasta el amanecer. Así era en casa de Estelita, así siempre la recordaremos. 

"Es raro, pero no hay tristeza
Hay una gran resignación
Y mientras un hermano reza
El otro, el otro canta una canción a la mama"

Pasó el tiempo y de pronto nubarrones grises aparecieron en el firmamento, la rueda del destino la eligió y el reloj se le empezó a acortar. La música se apagó, la vocinglería se convirtió en susurro y el silencio se apoderó de la casa.  

"Y las mujeres se han reunido
En torno a la hermana mayor
Está muriendo la mama"

Comenzó una solitaria batalla, una heroica lucha imposible de ganar contra un enemigo que ataca y se ensaña con su victima sin misericordia. La familia se unió a su lado para darle el apoyo y el amor que ella les había dado a borbotones durante toda su vida. Poco a poco se iba consumiendo.

"Un cirio bello consumido
Ante una imagen del señor
Con un rosario renegrido
Repitiendo la oración
Ave María"

La enfermedad avanzó incontenible, no le dio tregua, se iba apagando y todos la rodeaban. Volvió a la casa a decirle adiós a todos. Se apagó, su luz dejó de alumbrar, su recuerdo comenzó a fulgurar. Ahora vive en nuestros corazones, ahora ríe en nuestros recuerdos. Paz en su tumba.

"Tanto recuerdo y tanto amor
Alrededor de la mama
Tanto suspiro, tanto dolor
Alrededor de la mama
Que jamás, jamás, jamás
Jamás nos dejara"
Adios a la mama, Charles Aznavour


Comentarios

  1. Lo felicito hermanito que palabras tan bonitas narran completamente la vida de stellita. Jairo Wallens

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