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Mostrando las entradas de mayo, 2013

Naufragio en el rio San Juan - Ultima Parte

El sol que entraba por las ventanas, los perros ladrando mas el golpeteo de las olas en la proa de las embarcaciones nos despertaron del letargo en que nos encontrábamos; era temprano en la mañana, sudábamos copiosamente. Salimos del bohío y la brillantes del sol nos golpeó el rostro; cerramos los ojos por un instante mientras nos adaptábamos a la luminosidad del paisaje: el naciente disco solar se reflejaba en la plateada superficie del ancho río haciendo imposible mirar en esa dirección. El verdor de la tupida vegetación que en las orillas del río llegaba al borde extendiendo sus ramas hasta rozar la superficie iba del intenso verde oscuro esmeralda pasando por el verdoso aguamarina de las palmeras y los helechos hasta fundirse en un verde azuloso en el horizonte donde las montañas tocaban el cielo.   Deambulaban por entre los bohíos unas cuantas gallinas, cerdos y perros rebuscando su alimento entre las piedras y la vegetación, que al vernos salir del bohío se espantaron huyendo d

Naufragio en el rio San Juan - Parte II

Revoloteábamos por la embarcación tratando hacer algo; de pensar, de solucionar, mientras las provisiones y nuestras pertenencias comenzaban a flotar dentro de la misma y otras a salirse por el borde. Mi papa, ante la inminencia del naufragio se tercio la escopeta al hombro y agarró a mi mama que no sabia nadar, se la acomodo en su espalda esperando parado el momento del hundimiento. a mi me toco mi hermana que tampoco sabia nadar; el negro con sus dos hijos aferrados a sus piernas nos miraba mientras tomo de una caja de la embarcación un cuerno de toro el cual sopló emitiendo un sonido grave y lastimero. Así en unos pocos minutos bajo nuestros pies se hundió la firmeza de la canoa que nos mantenía a flote y quedamos a la deriva; la ropa, los zapatos y el rifle, mas mi hermana en la espalda me impedían mantenerme a flote, me hundía y salía tratando de aguantar para bracear hacia una orilla que no divisábamos. El negro seguía tocando el cuerno cuando sus hijos aferrados al cuello se lo

Naufragio en el rio San Juan - Parte I

El seco golpe giró la embarcación 90 grados y el chorro de agua comenzó a entrar a borbollones por el piso de madera en la pequeña canoa con motor fuera de borda, anunciando el inminente naufragio de la misma. Estábamos navegando por la desembocadura del Río San Juan en el litoral pacifico cerca del puerto de Buanaventura en Colombia. Era la "Semana Santa" del 74 mi papa había planeado un viaje a la costa del pacifico colombiana para pescar y cazar; había quedado de reunirse con sus compañeros de cacería en el puerto de Buenaventura para tomar una lancha que nos llevaría a unas islas del pacifico donde abundaban los venados y guatines, aparte de otros animales de caza y habitaban unas cuantas familias negras residuos de la época de la esclavitud colonial en Colombia. Llegamos tarde, no me acuerdo por que contratiempo, tal vez de esos que a ultima hora surgen en nuestra amada patria y que el poeta Julio Flóres plasmó en una certera frase con la que tituló uno de sus poemas: &